Crítica de la película: “Baby Driver” de Edgar Wright

Escrito por Bernardo Daniel Palacios Torrejón

En esta crítica hablaremos sobre Baby Driver, una película del director Edgar Wright que sorprendió mucho desde su estreno por ser completamente hecha en base al ritmo del soundtrack, algo poco común viniendo de una película que no es un musical, por lo que es una película que refresca al género con mucho estilo.

En primera instancia tenemos a Baby, un chico de la zona de San Francisco que trabaja como conductor profesional de criminales para sus atracos ya que le debe mucho dinero a un miembro del crimen organizado y para pagarlo debe de llevar a cabo tan riesgosa labor. Un día todo cambia cuando conoce a Deborah, una linda mesera que trabaja en donde su madre solía hacerlo; esto pondrá a Baby a debatir sobre el rumbo que lleva su vida y a causar un cambio sustancial en la misma.

Lo primero que quiero resaltar sobre esta película es la forma en que fue grabada pues muchas de las tomas que vemos de riesgo fueron hechas con métodos prácticos, es decir, casi no hubo presencia de efectos visuales en su realización y esto hace que durante el transcurso de la cinta sientas un verdadera sensación de riesgo por los protagonistas.

La coordinación entre el soundtrack y los movimientos de nuestros personajes a través de toda la cinta nos hace sentir como parte de una sinfonía audiovisual que tiene momentos con bajos y altos que mantienen a la historia muy lejos de ser aburrida. Además que la gran mayoría de las canciones fueron perfectamente seleccionadas para que se mezclaran sublimemente con los momentos que nos ofrece la trama.

Si bien contamos con un cast de lujo en la película, debemos de resaltar la relación entre Deborah y Baby, una que nos remonta a esas películas de la época de los ochenta en donde todo era amor a primera vista y que el avance de la relación era rápida, pero esto fuera de que nos cause conflicto,nos hace querer que nuestros protagonistas logren su cometido y que sean felices por siempre; todo esto es logrado por la muy buena química de los actores.

Esta no es solo otra cinta de robos y atracos para poner con las otras decenas que existen, es una que aunque utiliza el mismo concepto, lo lleva a nuevos niveles, gracias al estilo con el que es abordado y a la capacidad de Edgar Wright de tomar a los personajes cliché y darles un giro que lo hace distintos a todo lo que hayas visto. Desde nuestro héroe amante de la música, que sin ella prácticamente no puede vivir, hasta nuestro líder criminal que detrás de la fachada de frío y calculador, está un hombre que está a favor del amor que tienen Baby y Deborah.

En conclusión, Baby Driver es una película que deberían darse la oportunidad de ver, te lleva en un paseo de emociones en donde momento tras momento te mantiene deseoso de saber cómo van a resultar las cosas y siendo honesto, también te inyecta con esas ganas de mover la cabeza y pies al compás de la película, haciendo que salgas de la sala con una nueva vibra de lo que es la música a nuestro alrededor.

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